Este libro contiene veinte pruebas que indican que el Nuevo Testamento (los cuatro evangelios y las cartas adjuntas a ellos) no son palabra de Dios (Exaltado y Majestuoso).
También contiene evidencias racionales de que el Antiguo Testamento (la Torá) no es palabra de Dios (Glorificado sea). De las razones más importantes, es que contiene insultos hacia Dios y difamaciones hacia ocho de Sus profetas.
Al final del libro, el autor realizó un capítulo interesante en el que transmitió evidencias registradas en el Antiguo y Nuevo Testamento, acerca de la profecía de Muhammad hijo de Abduláh, el Profeta del Islam.
Así que este breve libro, se convirtió en un argumento suficiente para confirmar tres asuntos:
Primero: que el Antiguo y Nuevo Testamento no son palabra de Dios y que son palabras del Hombre.
Segundo: que la Torá y el Evangelio originales no existen en la actualidad, y que se extraviaron a lo largo de la historia.
Tercero: la confirmación de la profecía de Muhammad, (la paz y las bendiciones de Dios sean con él), el último de los profetas y mensajeros, como viene indicado en el Antiguo y Nuevo Testamento.