De un converso al Islam para todos los buscadores de la verdad.
Vamos a hablar francamente. Casi nunca los no musulmanes estudian el Islam hasta que no hayan agotado la religión a la que han sido expuestos. Sólo después de sentirse insatisfechos con su religión, el judaísmo, el cristianismo y todos los “ismo” de moda –budismo, taoísmo, hinduismo (y, como agregó una vez mi hija menor, “turismo”)– recién entonces consideran al Islam.